El País Vasco francés es una región única y privilegiada.
Aún más que una región, el País Vasco francés es un país.
Gracias a un clima templado y una geografía inusual, el País Vasco francés celebra la naturaleza combinando mar y montaña: un océano vigorizante,, una verde campiña, todavía salvaje y montañosa y montañas de suaves y tranquilas laderas… El cuadro que presenta el País Vasco francés es el de una región rica y única.
En este entorno privilegiado, se instaló un pueblo, prosperó y desarrolló una lengua y una cultura propias.
Ven a descubrir nuestro camping situado en San Juan de Luz con esta identidad cultural generosa y abundante. Déjate embriagar por los cantos, encantar por los bailes y entusiasmar por los juegos de pelota, de Cesta Punta o de fuerza vasca.
Participa en las numerosas fiestas que abundan en la región del País Vasco francés, como las de Bayona en agosto, los festivales de folclore o surf, la feria gastronómica o los concursos de perros pastores.
Disfruta de los pintxos, platos a base de pimiento de Espelette, la pastelería vasca, sin olvidar el célebre queso de oveja y su mejor amiga, la mermelada de cerezas.
Visita las ciudades vascas: los balnearios, claro, como Biarritz o Saint-Jean-de-Luz, muy apreciados en su momento por nuestros aristócratas y actualmente llenos de energía renovada. Deambula por las callejuelas de Bayona e imprégnate de la historia de la ciudad al ritmo de su singular arquitectura.
Penetra en el interior buscando pueblos bien conservados y auténticos, con enormes casas de persianas rojas, verdes o azules agrupadas en su fachada.
Toma el trenecito de cremallera a Larrún, y ve al encuentro de esta cima mítica en el Pirineo Atlántico. Desde la cumbre, a 900 m de altura, tendrás una vista de la cadena pirenaica y todo el litoral vasco, hasta Landes, que corta la respiración.
Cruza los Pirineos y entra en el lado español del País Vasco. Allí tendrás las obras monumentales del museo Guggenheim de Bilbao o el encanto particular de la «La Perla del Cantábrico» San Sébastian que te abre los brazos: sus bares de pintxos y su cultura culinaria te marcarán y sus elegantes calles decoradas de hermosas tiendas alegrarán a las señoras.
Pero sobre todo, ven al encuentro de un pueblo alegre y generoso, orgulloso de su País, contentos por darse a conocer, orgullosos de su cultura y satisfechos de compartirla.
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